viernes, 7 de marzo de 2014

8 de marzo, No me felicites...




Por Adela Muñiz

Llama mucho mi atención que en los días 8 de marzo de cada año, encuentre diversos mensajes en mi celular, correo electrónico,  página de Facebook y otras redes sociales, felicitándome. Desde luego que agradezco, a quienes se toman unos minutos para hacerse presentes, en un día en que la mayoría de la gente piensa que se celebra a las mujeres, pero, el 8 de marzo, es mucho más que eso. Es una fecha que sintetiza y da cuenta de las enorme desigualdades en que las mujeres vivieron, viven y seguimos viviendo producto de sistemas culturales que dan un valor diferente a mujeres y hombres en sociedades diversas de todo el mundo. 

El 8 de marzo se instituyo formalmente como el Día Internacional de la Mujer, por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 1975. La instauración de esa fecha fue producto de las luchas de mujeres y feministas que durante muchos años, alzaron sus voces para hacer visibles las miles de arbitrariedades cometidas contra ellas a lo largo de la historia y en todo el mundo. En la Primera Conferencia de la Mujer celebrada en México,  las participantes acordaron luchar por la igualdad total y la eliminación de la discriminación por cuestiones de género,  la participación de las mujeres en el desarrollo y una mayor contribución de estas en el fortalecimiento de la paz mundial. Estos temas no eran aislados sino el producto de una serie de demandas producto de la exclusión de las mujeres en el acceso al sufragio, a derechos laborales y a la necesidad de manifestarse en contra de las guerras por los enormes impactos de éstas en la vida de las personas, pero sobre todo de las mujeres.

Si bien hay muchos cuestionamientos acerca de lo sucedido el 8 de marzo de 1857 en una fábrica de Nueva York en la que muchas mujeres fueron quemadas por hacer una huelga y exigir sus derechos, también es cierto que la historia de las mujeres no ha sido documentada y que alrededor de esa fecha en diferentes años, en el mundo sucedieron hechos diversos, protagonizados por mujeres obreras, activistas, sindicalistas y en general aquellas que manifestaban su derecho a existir y a ser reconocidas como ciudadanas con plenos derechos.

La historia del 8 de marzo se entreteje por múltiples acontecimientos históricos de discriminación y violencia contra las mujeres, que cada vez cuestionaban más,  que siendo la otra parte del mundo, no eran consideradas, ni reconocidas en derechos ¿por qué si no cuando los postulados de la Revolución Francesa, planteaban valores como la igualdad y la fraternidad las mujeres no fueron considerados iguales?

De 1857 año en que las obreras y sindicalistas exigían mejores condiciones laborales, a la fecha, han pasado 167 años, y las condiciones de las mujeres no solo no han mejorado, sino que, se han vuelto más precarias. Durante muchos años las mujeres no pudieron acceder a la educación pública y muchas de ellas no sabían leer ni escribir y si bien las mujeres hemos accedido a la educación cada vez en mayor proporción, las cifras de la  ONU establecen que de los 876 millones de adultos que son analfabetos, dos terceras partes son mujeres.

En un día como hoy en el que se conmemora el 8 de marzo como “nuestro día” es importante manifestarse en contra de la violencia hacia las mujeres y las niñas en todas sus manifestaciones: sexual, psicológica, emocional y económica. En el Día Internacional de la Mujer, no me felicites, une tu voz a la mía y aporta argumentos y acciones concretas para poder compartir un mundo en el que mujeres y hombres tengamos los mismos derechos que el estado debe garantizar a todas las personas y en el que tiene una gran deuda con las mujeres.

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#8demarzo #Porlasmujeres y #Porlasniñas

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